Todos han tenido alguna experiencia sobrenatural, y
quien no, que mala suerte tiene. La historia narrada a continuación trata sobre
una experiencia fantasmal inofensiva
vivida por la señora Norma, una mujer natal de un pueblo. Pueblos… lugares
llenos de misterio y esencia paranormal.
Norma puede estar de acuerdo con lo anterior, pues
sabe que al vivir en un pueblo, uno debe estar acostumbrado a todo lo
paranormal que pueda suceder. No recuerda bien la edad, pero tenía
aproximadamente doce años. Vivía en aquel pueblo, San Antonio Guaracha, Michoacán.
En ese lugar, durante el mes de mayo, se acostumbra hacer rosarios por las calles
a las cinco de la mañana, debido a los eventos sobrenaturales que ocurren en el
lugar. Uno mismo ya debe imaginarse lo alarmante que es la situación para
dedicar unas horas de rezo a lo desconocido.
Uno de aquellos días, su madre la despertó a ella y
a sus hermanas para ir a uno de los rosarios, aunque Norma no se levantaba,
simplemente no quería ir, mucho menos con el frío que hacía afuera a esas horas
de la madrugada. Tras estar insistiendo con sus berrinches, la dejaron en paz y
aceptaron dejarla descansar en casa, al fin que su padre también se quedaba a
seguir durmiendo; ese hombre prefería rezar desde su cuarto de vez en cuando.
A los veinte minutos de que todos se fueron, Norma se
levantó para ir al baño, pero cuando abrió la puerta vieja de la recámara, frente
a ella había un hombre con una vestimenta de soldado. Era demasiado delgado, de
una piel morena y cara alargada, portando su rifle en brazos. La presencia no
hacía nada más que mirarla fijamente; y ella, después de estar paralizada,
contemplándolo por un tiempo, reaccionó y corrió a buscar a su padre a la
recámara. Lo despertó explicándole que había alguien allí en casa. El hombre
reaccionó de inmediato notando a Norma totalmente asustada. Se levantó, tomó su
pistola y salió a ver quién era. Se llevó la sorpresa de que ya no había nadie.
Un poco confundido, le preguntó a Norma cómo era aquel soldado, y tras la
temblorosa descripción, su padre entendió de qué se trataba. Le reveló que era
un hombre del pueblo, el cual había participado en la Segunda Guerra Mundial,
pero como ya era evidente, había fallecido.
Muchos rumoreaban en aquel lugar que cuando un alma
se te presentaba en frente, era porque quería entregarte las monedas de oro que
habían sido enterradas durante la guerra, pues de no lograrlo, no podrían
descansar en paz.
Desde aquella vez, a Norma no le quedaron ganas de
volver a faltar a los rosarios. Para aquel pueblo era importante rezar por todo
aquello que sobrepasa su entendimiento, pues es verídico que han presenciado más
que solo almas en pena. Pero esas son otras historias que quedarán guardadas en
el lugar. Solo pregúntate, ¿Tú podrías dormir rodeado de almas, criaturas, demonios,
y animales parlantes?
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